Que pronto y drástico han sido los cambios mundiales y en nuestras vidas ordinarias, en la manera que no nos pudiera imaginar hace un mes pasado. En ese tiempo, los participantes que están en nuestros grupos en el Centro Dougy (los niños, adolescentes, los jóvenes adultos, y los padres y otros adultos que cuidan a los niños) han dicho cosas como:
- Desde que ha muerto tal persona, nuestras vidas completas han cambiado mucho.
- La gente no nos entiende. Piensan que es fácil y que debemos olvidar y seguir adelante sin problema.
- El poder atender los grupos de apoyo con otras personas que nos entienden ha sido muy saludable.
Y ahora en estos momentos que hemos perdido tanto y que hemos tenidos cambio de vida nos han causado que se elabore nuestra forma de vivir diario. Aunque tengamos que mantenernos alejados no indica que no podemos encontrar otras maneras para convivir, es duro substituir la tecnología por abrazos, lágrimas y gestos de caridad. Más que nada, es más duro cuando estamos acostumbrados a buscar entendimiento y apoyo en la persona que se murió.